En 1948, Israel se enfrentó a muchas amenazas, pero uno de los momentos determinantes de la Guerra de la Independencia no provino de los vecinos árabes de Israel, sino de una amenaza interna que casi llevó a una guerra civil. Estamos hablando del asunto Altalena.
Este suceso, que ha caído en la ignominia y cuyos efectos todavía resuenan en la sociedad israelí hasta el día de hoy, enfrentó a dos de los más grandes líderes de Israel, David Ben Gurion y Menahem Begin, en una lucha de poder como nunca antes se había visto. Una vez terminada, ambos bandos enterraron a sus muertos, el ejército israelí finalmente se unificó y la sociedad israelí se quedó haciendo preguntas importantes sobre la estructura misma de su existencia.
Esta es una historia que fácilmente podría haber terminado de otra manera. Pero ¿podría, y debería, haberse evitado por completo? ¿Ha fortalecido a la sociedad israelí o ha provocado divisiones que persisten en la actualidad? ¿Podría Israel volver a caer en una guerra civil?
